Rectifico
Primero me parecía excelente. El sabor de boca después de chutarme las dos horas de “garritas Santaolalla” era dulce, aunque detrás dormía la condescendencia.
Babel tiene momentos estupendos, hay que decirlo: el autor es cada vez más avezado en esconder las costuras de su siempre tripartita historia. El director le saca un par de lágrimas a Cate Blanchett, que ya quisiera su mamá.
La historia de los niños con el rifle es de lo más entrañable y el chiste del “monstruo peludo” me encanta porque mi pudor victoriano no me permitiría hacerlo jamás.
Lo malo es que ayer fui con Benjamín al cine y me tiró el teatrito.
No había caído que estaba defendiendo Babel por las mismas razones que todos la atacan: una especie de trasnochado nacionalismo.
Soy de güeva, chingá!
Es casi peor que ser feminista por nacer mujer.
En mi pasaporte dice MEXICANA, pero difiero. Yo soy de mi casa, de mis muertos, de mis amores. No de mi país. Vayan al diablo. No vuelvo a defender algo por nostalgia patriotera. Esta fue la última vez.
A saber, Babel tiene al menos cinco grandes cosas que ninguna persona nacida en esta sociedad se cree:
-¿Quién se compra que una mujer que lleva 16 años de ilegal se aviente a cruzar la frontera con un par de güeritos sin permiso, sin papeles, sin un plan preestablecido, como toda una principiante?
-¿Quién se cree que las sirvientas mexicanas, que hasta en la ciudad forman verdaderas redes de apoyo, le nieguen una tarde a esta mujer, quien además se dirige a la BODA de su hijo?
-¿Quién se cree que una gringa, después de viajar miles de kilómetros en un viaje carísimo al desierto, a la mitad de un delicioso cous cous con pollo le formule la solemne pregunta a su marido de ¿oh, por dios, qué hacemos aquí?
-¿Quién se cree que esta japonesa con esas piernas y esa iniciativa no consiga alguien que se la eche?
-¿Quién se cree que la vida (en tres películas) no tiene ni un momento divertido?
Rectifico, antes de que se me culpe de doble cara: Babel me gustó, pero Arriaga, como todo buen rico culto, tiene serios problemas con la solemnidad.
Los que escribimos guión, observémoslo de cerca.
4 Comments:
Siento algo parecido, me hice las mismas preguntas respecto a la verosimilitud y el sentido del humor casi ausente. Hubo pequeños personjes que me gustaron mucho y me dejó varias reflexiones, quizá sin quererlo. Pero en mi caso fue al revés, después de darme cuenta que en algunos sentidos me gustó la peli, experimenté una culpa extraña. ¿Te gustó Babel?, preguntaba la gente; y yo: lo siento, no es tan mala, lo siento, perdonémosle su osadía y sus pretenciones.
Coincido con todos los puntos que mencionas y pondría dos más:
Gael hablando como regio en Tijuana y la ciudad es presentada con una rola de Celso Piña, de Monterrey. prrr
Un país que no tiene ni ambulancias sí lleva un registro exacto de los rifles ?
Aunque creo que en la historia se presenta la constante de los errores producto de la falta de comunicación, eso me gustó mucho.
El guión y la ruptura entre González I. y Arriaga me recuerda a Hugol y los Pumas que en el último tramo bajó el mando del penta.
El dilema era:
¿Los jugadores juegan mal para que Hugo se vaya o Hugo los entrena mal en venganza porque sabe que se va?
Y con respecto a Babel es:
¿Arriaga entregó un guión malo y a pesar de ello, Iñarritu realizó un trabajo de dirección genial?
Ya tenemos otro asunto para polarizarnos como sociedad.
Andreyu, creo que hay que concederle a esta película: al menos estamos hablando de ella.
Algo no hizo, que ni qué.
Real, que chida respuesta. Me encantó lo de Celso Piña, no lo había notado y tampoco que las películas, alabado sea, ya tienen permiso para polarizarnos.
Más chida tu contra respuesta. Al oir la rola lo de Celso Piña, mis pies comenzaron a moverse sin pedirle permiso a mi cabeza,la rola es buena. Pero estaba fuera de lugar, creo.
Por cierto, yo estoy con Arriaga, quien quiera seguirme nomás agarre su antorcha que yo ya tengo la mía. ja.
Tengo que dejar de ver Los Simpson y South Park.
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