lunes, noviembre 13, 2006

Convivencia

Con lo de la aprobación de las Ley de Sociedades en Convivencia se me antoja replantear el asunto de los derechos.

La ley debería decir, según yo, algo así:

Señor, señora, señorita, aprenda a dejar ir. Usted no tiene, tendrá, de hecho nunca tuvo
-aunque hubiere sido vuestra ingenua fantasía-, derecho sobre el otro. Si quiere dar está padre, pero recibir, eso es algo sobre lo que usted no tiene injerencia alguna.

En cuanto a su protección legal, váyale ahorrando y póngase a chambear. En cualquier chico rato se desdicen los legisladores.
+++

En San Antonio vimos a un par de chavas besuqueándose. La que iba conmigo, una compañera de trabajo hizo un comentario que me dejó helada:

-“Están muy escuinclas para tomar una decisión tan grande”.
-¿Decisión? ¿Cuál decisión? ¿A los cuántos años decidiste tú que te gustaban los hombres?
-Muy pequeña, ni me acuerdo, pero es diferente.
-A jijo, ¿cómo es diferente?
-Pues no sé, pero te juro que es diferente. Esas niñas todavía no lo saben, se van a arrepentir.

Terminé la charla lo antes posible, porque según la compañera, lo hombres sí tenían razones “hormonales” para “decidir” ser gays. Las mujeres no.
Ajá. Ok.

Hablo de una mujer de 37 años, actividad profesional redituable y divertida, ningún complejo o deformidad aparente. A primera vista no era alguien que comprara esquemas sociales predeterminados. Simpática, muy accesible.

Me dio un poco de pena. A esa edad y con la fantasía de que uno es capaz de decir su objeto de deseo. Chale.

Pensé que tal vez era responsabilidad de nuestro pobre sistema educativo. En la secundaria o en la prepa habría que encargar lecturas de Strindberg.

2 Comments:

At 11:42 a.m., Blogger Ernesto said...

Chale, indeed. Pero luego corren a l@s maestr@s que se atreven a recomendar/dejar lecturas así.

 
At 4:30 p.m., Blogger ira said...

Una vez estuvieron a punto de correrme por leerles a Bukowski a mis alumnos de 6o de prepa.
Igual seguí leyendo.
A distancia, Bukowski no es lo que uno creía de adolescente, pero no hay mejor provocador de lectura en esas épocas de calor.
No veo por qué no se dan cuenta. Pinchis mojigatos.

 

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