miércoles, mayo 24, 2006

Desayuno en Plutón



Se puede vivir después de ver esta película. Casi no importa que a todos importe la supuesta muerte del Changoleón. ¿Quién chingados era ese, digo yo? ¿A quién beneficiaba, qué risa fácil no pudimos ahorrarnos con él? Ah, no se murió por fin. Vaya, qué alivio.
¿Y quién les paga las Ak47 a los de Atenco? ¿O a poco dan para tanto sus puestos en el metro? Mmh. ¿Y cómo es que nos balcanizamos tan de a tiro? Porque los polis siempre han sido unos desgraciados, pero violar mujeres es propio de un ambiente de guerra: dominación por dos palos.
Después de ver al adorable Patrick Kitten resistir la estupidez con ironía y taimado jolgorio antirepublicano, casi puedo perdonarle a este país que su más agudo periodista sea un pinche payaso.
Dejen absolutamente todo lo que están haciendo y vayan a la Cineteca a ver esta peli.