miércoles, julio 12, 2006

Ayer iba a escribir sobre la calma chicha en las viñetas de Hugo Pratt, pero blogger estaba en mantenimiento y no pude subirlo, el post decía algo así como:

"Hoy que todo está tan lejos, que no hubo nada calientito, hoy que el día parece más una "balada de mar salado"; hoy hago una parada para admirar las viñetas de Hugo Pratt".

Antes que monero o artista, Pratt fue un gran viajero. Como Saint-Exupéry, como mi amigo Ernesto.

Algún día quiero viajar como Pratt y como mi amigo. Dejar de pertenecer, no ser ni de aquí ni allá. Quitarme la méndiga nacionalidad de la cabeza. Supongo que el anhelo de la libertad es más romántico (y cómodo) que el trabajo que hay que realizar para obtenerla.