martes, septiembre 28, 2004

Grandilocuencia

Mi peor enemigo son los distractores, nunca me canso de ver. No importa cuan pequeño sea, a mi me encanta hacer pequeñeces.
Mis uñas son víctima constante del escarnio. Las cerdeces debajo son todo un ecosistema. Aunque estén limpias, allí es donde se impregna a lo que tocas. Por mis uñas puedo saber si me he portado bien en la semana. Sé perfectamente si estoy sola o tengo novio, si he comido más de la cuenta o si gasté dinero en alguna pendejada con tan solo mirarlas.
El misterio tampoco es lo mío. Soy tranparente para cualquiera.
Salgo de mi casa con ropa anti misterio, con look anti Greta Garbo.